Tigre se aprovechó de la resaca del campeón y sacó boleto para ir al Cilindro

Tigre no transó con la celebración de Lanús; llegó para arruinar los festejos. En el Néstor Díaz Pérez, le ganó 1-0 con el gol de David Romero, lo eliminó y se clasificó a los cuartos de final del Torneo Clausura, donde enfrentará nada menos que a Racing Club en el Cilindro de Avellaneda, el próximo lunes a las 21.30.

Fue una verdadera fiesta la Fortaleza en la previa del encuentro. La gente, que colmó cada tribuna de la cancha, le demostró su eterno agradecimiento por el título de la Copa Sudamericana que, por penales, logró el equipo en Asunción el sábado pasado frente al Atlético Mineiro de Jorge Sampaoli. 

Desde el comienzo del duelo y durante unos 20 minutos fue el Granate quien impuso las condiciones de juego. Dominó las acciones y pisó con cierta frecuencia el área de Felipe Zenobio, el arquero que respondió con personalidad cada vez que se lo exigió. Pero con el correr de los minutos, el Matador empezó a jugar su partido.

Lo mejor del equipo de Diego Dabove comenzó a verse cuando sus dos delanteros, Ignacio Russo y el propio Romero fueron abastecidos por los mediocampistas encargados de generar el juego. Hasta ese momento, las visitas del elenco de Victoria al arco de Nahuel Losada habían sido muy esporádicas.

Ese cambio de paradigma en el partido llegó para quedarse, porque Lanús no pudo volver a adueñarse de los tiempos, la pelota y el dominio territorial. Mas bien fue Tigre quien, buscando forzar errores en las salidas del local, se fue sintiendo cada vez más cómodo de cara al cierre del primer tiempo y el inicio del segundo.

El Matador tuvo el premio a su disciplina en el comienzo del complemento. Un tiro de esquina enviado desde la izquierda le complicó los planes a la defensa granate, que nunca pudo tirarla lejos de su área. Todo terminó en un remate desde la medialuna de Russo que desvió Romero en el camino para dejar sin chances de reacción a Losada.

Ese fue un nuevo punto de inflexión en la noche en la Fortaleza. Los dirigidos por Mauricio Pellegrino optaron por atacar por el costado derecho, con las buenas asociaciones que acostumbran Eduardo “Toto” Salvio con Marcelino Moreno y más adelante Rodrigo Castillo, el delantero que tuvo algún cabezazo en la primera etapa, aunque sin éxito.

Justamente fue el goleador del Granate quien puso el 1-1, aunque su festejo fue arrebatado por una revisión en el VAR. Es que el ex Gimnasia había aprovechado dos errores en la defensa adversaria -incluido un yerro grave de Zenobio-, pero tras el mal cálculo del arquero tocó la pelota involuntariamente con la mano. El árbitro Leandro Rey Hilfer la revisó y anuló el gol.

A partir de allí, la desesperación comenzó a notarse en el local, aunque no necesariamente por haberse tornado desprolija su gestación de ataques, sino todo lo contrario. Es cierto que alguna vez quedó desguarnecido de cara a un posible contragolpe visitante, pero Pellegrino decidió poner muchos futbolistas arriba para buscar la igualdad.

Así, los ataques al área de Zenobio -quien reaccionó bien después del error que había derivado en aquel gol anulado- se hicieron más frecuentes. Pero la defensa matadora no se dejó amedrentar: resistió, despejó cada centro que cayó cerca suyo y, pocas veces, trató de poner a correr a sus atacantes para buscar ese espacio que le dejó Lanús en su afán de llegar al gol.

Inesperadamente, los últimos minutos no fueron de un dominio absoluto de los de Pellegrino. Sus intentos de alcanzar el 1-1 fueron cada vez más fugaces y Tigre lo aprovechó perfectamente. Se plantó algunos metros más adelante, luchó en la mitad de la cancha y le bajó la persiana al partido. Ahora, irá al Presidente Perón para enfrentar a Racing por un lugar en semifinales.

Para los “granates”, después delos festejos, lo más emotivo de la noche fue la despedida del “Laucha” Lautaro Acosta, que jugó sus últimos minutos con la camiseta de Lanús porque se retiró del fútbol profesional.

Y como valor agregado de la eliminación “granate” quedó definido que River Plate solamente tiene chances de acceder a la Copa Libertadores del año próximo a través del Repechaje, siempre y cuando Boca juniors o Argentinos Juniors, que se enfrentan por cuartos de final del Clausura, ganen justamente este certamen. De lo contrario jugará Sudamericana.