La temporada que Gallardo y River sufrieron la tormenta del fracaso
La ilusión por el regreso de Marcelo Gallardo arrancó intacta pero terminó el año envuelta en un incertidumbre que forzó una renovación para descomprimir en la previa del Superclásico. Una sucesión de derrotas en todas las competencias configuraron la peor temporada deportiva de River en más de una década.

La derrota, pero más aún el modo, de River ante Racing por los octavos del Clausura de la Copa Argentina fue un símbolo del 2025 del equipo de Marcelo Gallardo que vivió de ilusiones efímeras que siempre terminaron en la tormenta del fracaso. El peor año deportivo desde 2012 cuando se inició la gestión actual obliga a la institución a que el 2026 tenga de manera irremediable títulos.
Todo arrancó con una frase de Gallardo que alimentó muchas esperanzas cuando dijo ahora si este es el punto de partida con mis decisiones. Los regresos de Gonzalo Montiel, Seba Driussi, Lucas Martínez Quarta y Enzo Pérez levantaron el polvo de estrellas y se festejó ese mercado de pases como un título. Los aires de los campeones del 2018 y 2015 fueron vientos de cambios.

La contracara de eso fue un golpe muy duro con los primeros dos grandes fracasos. Más allá de una buena fase inicial de Copa Libertadores donde consiguió el pase a octavos y el triunfo ante Boca. El juego no daba confianza y generaba dudas por eso la primera piña se la dio Talleres en la final de la Supercopa Internacional al ganarle por penales en Asunción luego de un 0-0 donde River no pateó al arco.
La siguiente fue casi tan inesperada como la anterior y se la propinó Platense por penales también en un Monumental perplejo. El Calamar lo sacó del Apertura en el primer cruce de cuartos. Esa tarde Platense le hizo un gol, le manejó el partido, y un penal sobre la hora le dio una ilusión momentánea a Gallardo que otra vez se quedó afuera de los festejos desde los 12 pasos.
La esperanza se iba a trasladar al Mundial de Clubes, a Estados Unidos. Los aires internacionales alimentaban otra vez las mismas esperanzas y un triunfo en el arranque del grupo dejaba las expectativas abiertas de par en par. Pero no le ganó a Monterrey y empezó a complicarse el pase a octavos al caer inevitablemente contra el Inter de Lautaro Martínez. Se volvió rápido al presente de los desvaríos.
La segunda parte del año tenía la Copa Argentina, la Copa Libertadores y el Clausura. La primera frustración se la dio la Libertadores porque luego de ganarle sufriendo como un marrano a Libertad por penales con todas las chances de derrota de local, el golpe de gracia se lo dio Palmeiras en cuartos con doble derrota de local y de visitante. También tuvo momentos de ilusión, pero como en el resto del 2025, duraron un suspiro.

La Copa Argentina estaba ahí para darle una mano como en aquellos tiempos donde las cosas no salían y fue un punto de esperanza cuando le ganó padeciendo el mal juego a Unión con la figura descollante de Franco Armani. El cuadro lo tenía abierto porque en semifinal estaba Independiente Rivadavia. En una noche de tormenta y lluvia, el equipo otra vez se ahogó en la laguna de su desconsuelo. Afuera.
Entonces el clima con Gallardo y su continuidad empezó a calentar un caldo de malos olores y se venía Boca en la Bombonera. El presidente recién asumido, Stefano Di Carlo, apuró las cosas para renovar por un año y acordó con Gallardo la continuidad para evitar que una derrota contra Boca golpee más duro de lo habitual. River perdió en la Bombonera y al menos pudo evitar que se hable de la continuidad del Muñeco.

El final de la historia fue a los tumbos. River terminó el Clausura jugando muy mal y perdiendo partidos contra Riestra, Sarmiento y Gimnasia LP de local que en otro contexto eran “echa técnicos”. Clasificó muy abajo entre los 8, sin el beneficio de la localía, y fue a Avellaneda para perder en los minutos finales cuando saboreaba el triunfo.
La mala noticia final se la dieron los otros resultados que se fueron dando. River tenía una chance de repechaje de Libertadores tras esa derrota, pero lo que River no pudo lograr, tampoco se lo dieron los otros equipos y volvió a los entrenamientos de cara al 2026 con un pase asegurado a la Copa Sudamericana, la Copa donde empezó la era Gallardo, la Copa que ahora es un nuevo punto de partida.