River cortó el maleficio de los penales y se clasificó con angustia a cuartos
El Millonario empató 1-1 con Libertad de Paraguay, estuvo al borde de la eliminación varias veces y sacó el pasaje a cuartos a través de los penales con Armani como figura.
River Plate, con mucha angustia, logró el tan ansiado pase a los cuartos de final de la Copa Libertadores con el triunfo por penales (3-1) ante un digno Libertad de Paraguay, que mereció ganar el partido en los 90 minutos, tras el empate 1-1.
Sebastián Driussi convirtió para River y Robert Rojas hizo valer la “ley del ex” para el 1-1. Todo en el primer tiempo. En el inicio del segundo, Giuliano Galoppo se fue expulsado por doble amarilla.
River cortó el maleficio de los penales, después de 8 definiciones esquivas, tuvo mejor puntería que Libertad y Franco Armani se vistió de héroe al desviar el último tiro.
La primera etapa estuvo repartida con el buen comienzo de River, que de manera insólita se diluyó después del tanto de Driussi, y la sólida imagen que dejó Libertad en el cierre, con empate incluido.
Los hinchas de River se ilusionaron con las pinceladas de Juan Fernando Quintero, en compañía de Nacho Fernández, y deliraron con la “palomita” de Driussi, luego del rebote en el palo tras el remate de Facundo Colidio.
Una doble salvada del equipo paraguayo, con un intento de Colidio y la definición errática de Driussi, pudo haber sido el 2-0 para River.
Libertad, que avisó antes con un despeje de Martínez Quarta en la línea, nunca se quebró. Ni aún con la desventaja en el marcador. De a poco, se metió en campo rival y aprovechó las falencias de River en el medio, con un Enzo Pérez demasiado solitario para la marca.
En un tiro de esquina, Libertad llegó a la igualdad. Armani calculó mal y Rojas convirtió de cabeza. No lo gritó por su pasado en el club y levantó sus brazos en señal de disculpas para una multitud atónita.
Un segundo tiempo dramático en Núñez
El flojo partido del Millonario continuó en el segundo tiempo, ya sin Paulo Díaz por lesión, y se acentuó con la expulsión de Galoppo. El ex Banfield recibió la doble tarjeta amarilla por dos infracciones similares, ante la severa mirada del árbitro uruguayo Andrés Matonte, reprobado por el público Millonario.
River quedó partido, ya sin Juanfer en cancha (en su lugar entró Galarza Fonda). Un error de Enzo Pérez, a los 28 minutos, facilitó la escapada de Melgarejo, de floja definición de cara al arco. Armani luego se esforzó para desviar el disparo de Aguilar que hubiese sido el 2-1 de Libertad.
Pasado el mejor momento de Libertad, River intentó recuperar la pelota y las apariciones de Nacho Fernández le dieron algo de oxígeno. Con uno menos, a River le costaba todo el doble, ya sin Enzo y con Castaño. Muy lejos de Driussi y los ingresados Miguel Borja e Ian Subiabre.
Al borde del abismo
Sobre el cierre, River, con Boselli y Martínez Quarta de centrales, quedó muy expuesto y Libertad se lo llevó por delante. Sólo la fortuna lo salvó de perder en los 90 minutos ante la impaciencia de los hinchas que no podían creer la floja presentación de su equipo.
River se limitó a defender, a tirar pelotazos y terminó totalmente desdibujado ante un rival limitado, pero serio y competitivo; consciente de sus falencias y virtudes.
Penales y chau maleficio
La igualdad abrió el camino de los penales, esa instancia tan esquiva para River, pero nada es para siempre y en la noche copera de Núñez pudo cantar victoria. Algo que no lograba desde la edición 2019 ante Cruzeiro, en Brasil.
Los jugadores de Libertad sintieron mucha responsabilidad, los de River (a excepeción de Marcos Acuña) ejecutaron a la perfección y Armani al fin tuvo su recompensa al desviar el último tiro.
Desahogo, mucho desahogo en los jugadores y los hinchas de River. Porque el equipo de Gallardo por momentos la pasó muy mal y estuvo al borde de un papelón.
Lo próximo será el poderoso Palmeiras y River sabe que debe mejorar mucho para seguir con vida en la copa.
La noche del Pulpo Armani
