Academia Internacional: el regreso de Racing al plano sudamericano
Gustavo Costas cumplió con su promesa de asunción: devolver la gloria internacional a Racing. El equipo ganó merecidamente la Copa Sudamericana y cortó una sequía extendida desde la Supercopa '88.

Racing termina el 2024 con una sonrisa. Al margen de River, que ganó la Supercopa ante Estudiantes en marzo de este año, fue el único grande que gritó campeón en toda la temporada. Se sacó la espina de no ganar nada internacional por más de tres largas décadas y eso ni siquiera influyó para que los socios “académicos” optaran por cambiar de dirigencia y dar por terminada la etapa de Víctor Blanco como presidente del club, después de poco más de once años.
La “Academia” comenzó el año con muchas caras nuevas, con muchas competiciones por delante y con la vuelta del ídolo Gustavo Costas, que atraviesa su tercera etapa como director técnico de la entidad de Avellaneda. Desde los primeros partidos de la temporada se lo notó un equipo voraz a la hora de atacar, pero por momentos débil para defender.
Los cuestionamientos a Costas y los jugadores
El primer semestre, a pesar de haber ganado el clásico ante Independiente como visitante, no fue el que se esperaba: algunos puntos inocentes perdidos en la Copa de la Liga lo dejaron afuera de los primeros cuatro puestos, los de Playoff, y no pudo competir hasta el final.
Lo mismo le ocurrió en la Copa Argentina, aunque en esa oportunidad, el desenlace fue catastrófico. Al igual que en los últimos años, Racing quedó eliminado a manos de un equipo de la segunda división del fútbol argentino. En el estadio de Quilmes, por los dieciseisavos de final, cayó de manera agónica por 2-1 ante Talleres de Remedios de Escalada y no hubo nadie que se salvara de tan humillante performance.
La eliminación ante el “Albirrojo” derivó en duros cuestionamientos hacia el entrenador y la mayoría de los jugadores, y la pregunta de cómo iba a hacer el técnico para pegar el volantazo y enderezar la situación, que pintaba complicada y con la gente enojada.
El inicio de la recuperación de Racing
Costas y compañía iniciaron, así, el segundo semestre. Luego del parate por la Copa América, la “Academia” afrontó la recta final de la Copa Sudamericana y la gran parte de la Liga Profesional, porque las primeras fechas se jugaron sobre el final del primer semestre.
La Sudamericana fue perfecta, soñada. En la fase de grupos arrasó: de los seis partidos jugados ganó cinco, y en cada encuentro que disputó de local, goleó 3-0. En octavos, aplastó a Huachipato con 8-1 global. En cuartos, y tras caer 1-0 en Brasil, goleó en el Cilindro 4-1 a Paranaense -equipo que descendió de categoría en su país- y avanzó a las semifinales de un certamen internacional después de 27 años. Las semifinales fueron dos batallas inolvidables ante Corinthians, primero en San Pablo y luego en Avellaneda donde, luego de un recibimiento histórico por parte de la gente y un Juan Fernando Quintero intratable -anotó los dos goles de la victoria y fue figura-, la “Academia” se clasificó a la gran final en Asunción ante Cruzeiro, que había eliminado a Lanús. Una caravana de hinchas difícil de igualar partió hacia Paraguay y llenó la Nueva Olla, de Cerro Porteño. Los jugadores hicieron lo suyo, vencieron sin muchas complicaciones a un entregado equipo brasileño y volvieron con la copa. El objetivo primordial se cumplió.
La oportunidad perdida por Racing
El Racing campeón internacional tuvo la oportunidad del “doblete”: la Liga Profesional no le quedaba tan lejos en la recta final porque Vélez ya no era el que fue durante gran parte del campeonato. Con algunos suplentes, el equipo no se relajó y ganó 2-0, pero lo que vino después demostró el desgaste que arrastraron los jugadores de todo el año y tras la consagración. Las duras derrotas ante Estudiantes por 5-4 en el Cilindro y frente a los suplentes de Central Córdoba en Santiago del Estero le costaron caro y llegó a la última fecha sin chances de arrebatarle el campeonato al “Fortín”, que finalmente fue el vencedor en el torneo doméstico.
El equipo perdió puntos insólitos en varios partidos a lo largo del campeonato: en la primera fecha le estaba ganando 4-1 a Belgrano y el “Pirata” se lo empató sobre el final, perdió contra Sarmiento de Junín, con Gimnasia de la Plata en condición de local, ante Atlético en Tucumán, frente a Banfield tras empezar en ventaja en el marcador, empató contra un flojo Independiente en el Cilindro, pero lo más duro fueron las caídas contra el “Pincha” y el “Ferroviario”, porque, a pesar de todo, si ganaba esos dos partidos, le alcanzaba para llevarse la liga.

Sin embargo, la “Academia” fue uno de los cuatro campeones argentinos del año, y el único internacional. La Sudamericana neutralizó, sin dudas, las duras eliminaciones de la Copa de la Liga y de la Copa Argentina, además de que suavizó el golpe de ver la definición de la Liga Profesional tan de cerca. Costas, en las últimas conferencias de prensa, se cansó de recordar: “Cuando arrancamos, el objetivo principal era la copa, porque hacía muchos años no se ganaba nada internacional. No se puede ganar todo, ¿cuántos equipos lo hacen? Es muy difícil. El desgaste de los jugadores fue muy grande”, señalando que lo importante ya estaba hecho. De todas maneras, su equipo ganó cinco de los siete clásicos que jugó en el año: perdió contra Boca en la Bombonera y empató contra Independiente de local sin goles, pero le ganó dos veces a San Lorenzo, una a Boca, a Independiente y a River, que no le ganaba hacía siete años y medio, en el último partido de 2024.
La hora de Milito
Racing tuvo, además, nada menos que las elecciones presidenciales. Sobre el final de uno de los más prósperos de los últimos largos años, y luego de más de una década de mandato de Blanco, la gran masa societaria coincidió en una frase: “Gracias Blanco, bienvenido Milito”, para dar por terminado un ciclo exitoso, pero que para la mayoría, había llegado a su techo.

Y aunque el oficialismo tuvo su respaldo, no le alcanzó, porque en las urnas arrasó el ídolo con más del 60 por ciento de los votos. Diego Milito asumió y, tal como había dicho en campaña, aseguró la continuidad de otro ídolo, Gustavo Costas, para que siga siendo el entrenador el año entrante.
El “Príncipe” será el cuarto ex jugador que pasa a ser presidente en la historia de Racing, sumado a Pedro Werner, Julio Planisi y Ernesto Malbec, y ya repitió hasta el cansancio que “su sueño es llevar al club a lo más alto, dar el salto de calidad que tanto merece”. El máximo objetivo a corto plazo es la Recopa Sudamericana, donde enfrentará al campeón de la Libertadores, Botafogo. También deberá mantener y mejorar el plantel, por pedido de Costas, entre muchas otras tareas. Solo el tiempo dirá si el 2025 podrá superar el gran logro obtenido este año.