El año que River ganó poco, jugó mal y no levantó ni con Gallardo

Cuando a fines del año pasado, Enzo Pérez dijo adiós y expuso la feroz interna que vivió el plantel con Martín Demichelis, en River imaginaron que las cicatrices se iban a cerrar y le redoblaron el apoyo al entrenador. 

No funcionó, lo que estaba roto siguió roto y lo nuevo no consiguió soldar la fractura. Ni siquiera la buena primera fase de la Copa Libertadores -River fue el mejor- pudo recomponer el clima espeso con Demichelis, tampoco la Supercopa Argentina que le ganó al Estudiantes de Enzo Pérez. 

El equipo no jugaba bien, pero no perdía y eso mantenía cierta calma, incluso armó buenas rachas de triunfos que lo encaminaron en la Libertadores, pero llegó el cruce mano a mano con Boca en los cuartos de la Copa de la Liga y empezó el final. Ese 3-2, en el que fue superado por el rival, fue el primer golpe al mentón que le hizo conocer la lona al DT. Entonces volvió el recuerdo del famoso off del DT con la prensa que le rompió el orden interno ya en la última parte del 2023. 

Como en un espiral ese hecho volvería a contarse. Es que al poco tiempo hubo una eliminación contra Temperley por Copa Argentina desde los penales tras un partido muy malo y en el final de la temporada una derrota 2-0 con Riestra que generó mil rumores. Se  venía una pretemporada y la preparación para los cruces de la Libertadores y estaba todo atado con hilo viejo. Esos dos partidos, el recuerdo de la eliminación con Boca y sobre todo la historia del off se convirtieron en una bola imparable.

De todos modos, la dirigencia mantuvo la calma y le dio aire y refuerzos para que siga. El fantasma de Gallardo ya estaba sobrevolando todo, pero aún no era su tiempo. Demichelis se encerró a recuperar mística en Pilar con un mes para trabajar y para ordenar el desorden. Llegaron refuerzos como Adam Bareiro, Federico Gattoni, Franco Carboni, Geremías Ledesma y Felipe Peña. Hasta hubo una presentación a todas luces del mercado de pases y el equipo volvió al ruedo.

Un 2-2 contra Lanús y una derrota ante Godoy Cruz aceleró la salida de Demichelis.  Su ciclo estaba cumplido y cuando estaba concentrado para jugar contra Sarmiento le ofrecieron una salida decorosa.

No le quedó otra. La sucesión para el regreso de Gallardo ya estaba instalada, sólo restaba el paso del tiempo, el cuidado de las formas y el anuncio. River le ganó a Sarmiento por 1-0 con un gol de Mastantuono y los hinchas saludaron a Demichelis con respeto.

La vuelta del “Muñeco” Gallardo a River 

Faltaban dos semanas para el cruce ante Talleres de la Copa y el mercado aún le daba aire para más refuerzos. River trajo a Gallardo de nuevo de un modo inesperado y en condiciones que el DT nunca hubiera imaginado y rompió el mercado con las compras de dos campeones del mundo, Germán Pezzella y Marcos Acuña, y dos viejos anhelos, Maxi Meza y Fabricio Bustos. La ilusión estaba en marcha montada sobre el aura de un Gallardo que se encargó de avisar que no iba a hacer magia.

Todo apuntó a la Copa Libertadores, ese fue el objetivo. Le funcionó contra Talleres (1-0 y 2-1)  y contra Colo Colo (1-1 y 1-0), pero se cayó a pedazos contra Miniero con un 0-3 irremontable de visita que terminó con un 0-0 de local. 

Gallardo no pudo hacer nada más y la final que se iba a jugar en el Más Monumental no lo tuvo sentado en el banco. En el torneo local estaba lejos e intentó acercarse con tres triunfos y 9 goles: Banfield, Instituto y Barracas. Pero otra vez el caos, muy mal partido contra Independiente Rivadavia, final con escándalo y chau torneo. 

La acumulación de puntos en la tabla anual le daría el premio consuelo de la Copa Libertadores pero tuvo que esperar que salga campeón Vélez para no ir a padecer las rondas preliminares. El año terminó con una derrota ante Racing y con un Gallardo en silencio golpeado por la muerte de su padre.