Boca campeón de la Copa Intercontinetal: a 25 años de la epopeya ante el Real Madrid
Un 28 de noviembre del año 2000, el Xeneize de Carlos Bianchi derrotó por 2 a 1 a los "Galácticos", en su segunda conquista de dicha competición, de la mano de Martin Palermo y Juan Román Riquelme.

Un 28 de noviembre del 2000, Boca Juniors se alzó ante los ojos del mundo tras quedarse con la Copa Internacional tras vencer de forma épica al Real Madrid en el Estadio Olímpico de Tokio, que contó con la presencia de más de 5 mil hinchas "Xeneizes" y este viernes se cumplen 25 años de aquel histórico suceso.
Eran las siete y diez de la mañana en la Argentina y el árbitro colombiano Oscar Ruiz daba inicio a la final de la Internacional entre los dirigodos por Carlos Bianchi y los “Galácticos” de Vicente del Bosque. Y, en tan solo 6 minutos, de la mano de Martin Palermo, Boca dio dos golpes que terminaron siendo letales para el desarrollo del partido.

A los 3 minutos, Marcelo Delgado se deshizo de su marca por la banda izquierda, picó al vacío, fue hasta la línea final y tiró un centro para el “Titán”. Fiel a su olfato goleador, Palermo se escabulló entre Aitor Karanka y Roberto Carlos para terminar mandando la pelota al fondo de la red, para el 1 a 0 de Boca que madrugaba al equipo español.
Con la ventaja a favor del Xeneize, se preveía que el Madrid con los Galácticos iban a ir en busca de dar vuelta el marcador y el equipo de Bianchi tendría que resistir todo tipo de ofensiva pero no fue así.
Y, a los 6 minutos, tras una asistencia extraordinaria de Juan Román Riquelme, desde el campo propio, Palermo quedó de cara al arco y mano a mano ante Iker Casillas.
El 9 de Boca, a la carrera, midió la pelota y de primera sacó un perfecto remate para poner el 2 a 0. Así comenzaba a gestar la épica victoria en Japón para que el club de la Ribera comience a acariciar la segunda Copa Intercontinental de su historia. Una noche inolvidable e histórica que tenía como principales protagonistas a Palermo y Riquelme secundado por el DT, Carlos Bianchi, y compañía.

Con un panorama ideal a los seis minutos de haber comenzado el encuentro, al estar venciendo por diferencia de dos, el Xeneize tendría la ardua tarea de aguantar los avances de los españoles, consternados, por el doblete de Palermo que los ponía casi jaque mate, cuando aún restaba una mucho partido por jugar.
Pero la reacción del "Madrid” no tardó en llegar y fue a los 12 minutos -de la mano de Roberto Carlos-, el más desequilibrante de su equipo y quien había estrellado un tiro en el travesaño, marcó el descuento.
El “3” del equipo español paró la pelota de pecho y, a la altura del segundo palo, estampó su remate de forma fulminante ante Oscar Córdoba, en una acción que fue realmente inatajable llegó tras un incompleto despeje de Hugo Ibarra.

Aunque, más allá de eso, con el apoyo su hinchada, con el icónico “Jugador N12”, el equipo de Bianchi pudo sobrellevar adelante la situación del gol en contra y los incontables avances ofensivos del Merengue que iba en busca del empate. Y Boca aprovechaba a jugar de contra, sabiendo que cada ataque podría ser letal y más con un Palermo que se encontraba en su mejor noche, al igual que varios de sus compañeros.
LOS OTROS GUERREROS XENEIZES
Mas allá de que Palermo, Riquelme y Delgado fueron claves para los dos goles de Boca. En el complemento, cuando las cosas se pusieron “chivas” apareció la garra y sacrificio colombino de la mano de Jorge Bermúdez y Mauricio Serna que defendieron a morir en campo propio, haciendo un bestial partido para mantener el 2 a 1 a favor de los suyos.
La defensa del Xeneize no solo tuvo que combatir con el lateral izquierdo Roberto Carlos sino también con el portugués Luis Figo, el español Guti, el inglés Steve McManaman y el español Raúl, entre otras figuras.

Con el 1 a 2 en su contra, Real Madrid fue en búsqueda de la igualdad en gran parte del juego pero Boca siguió con su juego de igual a igual y podría haber vuelto a convertir para sentenciar el encuentro. Con un Riquelme que se mostró intratable en el segundo tiempo y sacó su mejor versión futbolística.
Con un gran trabajo en conjunto, los “Xeneizes” que se alzaron en Tokio fueron: Córdoba; Ibarra y Bermúdez, Cristian Traverso, Aníbal Matellán; Sebastián Battaglia, Serna, José Basualdo; Riquelme, Delgado y Palermo.
Sumado a los breves ingresos de Guillermo Barros Schelotto y Nicolás Burdisso, entraron pasados los 40 minutos del segundo tiempo.

El tiempo siguió corriendo y la pelota guardo bajo la suela del botín de Riquelme, que enfrió el partido con su calidad y enloqueció al francés Claude Makélélé, que nunca pudo sacarle el control de la pelota al “Torero”, el 10 del Xeneize.
Consumados los 90 minutos, de la mano del gran artífice Carlos Bianchi, se concretó la epopeya del club de la Ribera que en Tokio que llevó los colores “azules y oro” a lo más alto del mundo, una vez más, y se adjudicó el logro más importante de la historia de la institución, la Copa Internacional del 2000.