Un año de transformación para el básquet argentino
El básquetbol argentino atraviesa un período de sombras a nivel seleccionado del que según su entrenador, Pablo Prigioni, se comenzará a salir cuando se solidifique una "etapa de transformación" todavía en ciernes, mientras que en la Liga Nacional ya empezaron a verse los "brotes verdes" al renovarse el espíritu de competitividad con la irrupción de nuevos actores, por caso el misionero Oberá Tenis Club, y la consolidación de otros como Quimsa o Instituto.

Este 21 de diciembre se celebró por segunda vez en la historia el "Día Mundial del Básquetbol", una iniciativa ,que surgió en Filipinas el 25 de agosto del año pasado, en la fecha inaugural del campeonato del mundo que ese país organizó en forma conjunta con Indonesia y Japón.
"El básquetbol sirve como elemento unificador en el que personas de distintos orígenes pueden encontrarse, estrechar lazos y comunicarse entre sí, creando conexiones y derribando barreras; contribuyendo de esta manera a la paz", fue la consigna bajo la que esta disciplina se convirtió en el primer deporte colectivo en tener su día anual de celebración.
Y la fecha elegida fue justamente el primer día de verano o invierno, según el lugar del planeta Tierra de que se trate, porque un día igual de hace 133 años, en 1891, el creador del básquetbol, el canadiense James Naismith, en la Escuela Internacional de Formación YMCA (Asociación Cristiana de Jóvenes) de Springfield, Massachusetts, en los Estados Unidos, donde era profesor de educación física, hizo jugar el primer partido de básquetbol a sus alumnos, en lo que sería el comienzo del desarrollo de este deporte que hoy, según estadísticas actualizadas, practican 610.000.000 de personas en forma amateur o profesional en todo el mundo.
Y en tanto tiempo transcurrido Argentina fue alcanzando protagonismo internacional a fuerza de títulos, equipos y figuras individuales. Ganó el Mundial de 1950 como local, fue subcampeón de Yugoslavia en ese mismo certamen en Indianápolis (Estados Unidos) 2002, en una controvertida final, y se consagró ni más ni menos que campeón olímpico en Atenas 2004.
Emanuel Ginóbili y otros conspicuos miembros de aquella Generación Dorada caminaron después con soltura por la anteriormente casi inaccesible NBA, con el bahiense sumando anillos en San Antonio Spurs y, una vez retirado, haciendo su ingreso señorial al Salón de la Fama de la máxima liga basquetbolística del mundo.

Pues bien, hoy Argentina está muy lejos de todo eso. Demasiado lejos lamentablemente. En ese Mundial asiático de 2023 donde se consagró el Día del Básquetbol no estuvo, y en los Juegos Olímpicos de París de este año tampoco.
Y todo fue por demérito propio, ya que para clasificarse a ambas competencias tuvo la chance de hacerlo como local, ante República Dominicana en Mar del Plata para el Mundial y Bahamas en Santiago del Estero para los Juegos Olímpicos.
El horizonte del seleccionado argentino
La AmeriCup 2025 del año próximo (está a punto de clasificarse) será una buena oportunidad para el seleccionado argentino dirigido por Pablo Prigioni de defender el título alcanzado en 2022 en ese certamen, antes de las debacles premundialistas y preolímpicas mencionadas.
Pero Prigioni, que pese a esas eliminaciones que para cualquier otro entrenador hubiesen resultado letales, sobrevivió en el cargo, y quizá por ello es que para analizar el presente y visuailzar el futuro elige ser tan prudente como realista. "Estamos en un proceso de transformación", advierte, sin ponerse plazos ni profundizar demasiado en transiciones actuales y recambios por venir.

Es que de la ya "vieja guardia" sigue vigente Facundo Campazzo como figura saliente, quien a sus 33 años es figura de Real Madrid, con el que este año conquistó la liga ACB y la Copa del Rey de España y fue subcampeón del Panathinaikos griego en la Euroliga. Por todo ello obtuvo el Olimpia de Plata 2024 por octava vez, siendo el más ganador de este premio otorgado por el Círculo de Periodistas Deportivos en la historia, por encima de Luis Scola y "Manu" Ginóbili, que son los dos que lo siguen con seis y cinco, respectivamente.
La realidad local del básquetbol argentino
En tanto que en el plano local, también la Liga Nacional está atravesando tiempos de transición, aunque con estados más concretos, porque en este 2024 se consolidaron algunos equipos y aparecieron otros que le dan más competitividad a un certamen que está cumpliendo las cuatro décadas de existencia. Cuarenta años que León Najnudel vivió en su época más pletórica, que con los años decayó, aunque él ya no lo pudo ver, y ahora asoma otra vez esa llama pese a las dificultades económicas que se replican en la faz deportiva.
Pero la aparición de equipos como el misionero Oberá Tenis Club, que llegó a este fin de año como líder de la fase regular de la Liga Nacional; la consolidación de su escolta Instituto, de Córdoba; la vuelta de Boca Juniors a conquistar un título como el que alcanzó en la pasada edicíón 2023/2024, la obtención de la Champions Ligue América (una especie de Copa Libertadores del básquetbol) por parte de Quimsa, de Santiago del Estero, y el subcampeonato de San Lorenzo en la Liga Sudamericana, abren nuevas expectativas a partir de esta competición que supo parir ni más ni menos que a esa mencionada "Generación Dorada".

Y como queda expuesto desde aquel lejano 1984, mientras "nuestra" Liga Nacional siga viva, habrá esperanza para el básquetbol argentino de volver a ser lo que ahora no es. Y entonces podrán volver los mundiales, los Juegos Olímpicos y hasta algún que otro jugador en la NBA. Y así el Día del Básquetbol será "todos los días".