Argentina inició el camino a Qatar 2027 con certezas y la mira en posibles ausencias
El doble triunfo de frente a Cuba fue parte del comienzo de un sueño que se llama Copa del Mundo. Una selección nacional que con cambios, ausencias y viajes supo ganar y con un Pablo Prigioni que adelantó que Facu Campazzo y Gabriel Deck no estarían ante Uruguay.

Argentina cerró las dos primeras fechas de la Ventana FIBA con dos triunfos: en La Habana (80-68) y en Buenos Aires con un apabullante 105-49 para quedar en la cima del Grupo D y mirar con optimismo la próxima ventana de febrero de 2026.
El equipo nacional comenzó la Ventana FIBA con ropa de trabajo y con la mira en todos los detalles que fueron aconteciendo. Saber sobreponerse le da un hándicap al equipo de que se puede.
El doble triunfo frente a Cuba marcó el inicio del camino hacia Qatar 2027 para una Selección Argentina que mostró concentración, lectura del juego y un fuerte compromiso defensivo.
Con viajes largos, ausencias en el staff y una logística ajustada, el conjunto de Pablo Prigioni respondió con madurez competitiva y una identidad ya reconocible.
“Este grupo quería encontrarse de nuevo”, indicó el entrenador.
Argentina ganó, pese a la llegada sobre la hora de Facundo Campazzo y Gabriel Deck —que habían jugado la noche anterior con el Real Madrid— y a los contratiempos iniciales para que parte del staff pudiera entrar a Cuba desde Estados Unidos. Pese a todo, el equipo mostró orden, intensidad y un plan de partido claro para dejar en evidencia su pretensión: ser protagonista en la clasificación al próximo Mundial.
EL PLAN: TRABAJO, DEFENSA Y UNIDAD
Cuba llegó diezmado con bajas, pero con físico y energía capaz de complicar si se bajaba la concentración. Argentina no lo permitió. “Habrá días en los que no entra una, pero no puede pasar que la ofensiva perjudique nuestra defensa. La identidad está ahí”, remarcó Prigioni.
El objetivo defensivo era puntual: dejar a los caribeños por debajo de los 50 puntos, y se logró. Argentina defendió cada posesión con disciplina, forzó pérdidas, controló rebotes y construyó su juego desde atrás. “Todos los tiros fueron buenos. Les dije: sigan tirando, que ya iba a entrar. Pero la defensa no se negocia”, explicó el entrenador ya en conferencia de prensa.
Para el Jefe de Staff, ña ventana significó un reencuentro emocional. El núcleo convocado “lleva dos veranos trabajando juntos” y eso se vio en la circulación, la comunicación defensiva y la toma de decisiones. Además, el DT fue claro: no quiere un proceso de “50 jugadores”, sino continuidad, roles definidos y un crecimiento sostenido.
UN EQUIPO: LAS PIEZAS QUE ALIMENTAN UN SUEÑO

El banco argentino fue una de las grandes noticias como algunos titulares no habituales. Alex Negrete sorprendió y fue una irrupciónpositiva, con un segundo cuarto determinante: cuatro puntos, asistencias y dos defensas que quebraron el ritmo cubano.
Con Gonzalo Corbalán, con personalidad y control, aportó conducción y atrevimiento en momentos clave, mostrando que su crecimiento en Europa. En conferencia de prensa indicó que no le pesó el viaje y que solo apuesta al equipo.
En el poste, Francisco Caffaro fue dominante: físico, presencia defensiva y una influencia clara en el partido. Se lo vio firme, confiado y manejando bien los espacios en la pintura en duelos durísimos ante los cubanos.

Desde el perímetro, Nicolás Brussino volvió a ser importante: rebote, defensa, lectura y un aporte constante incluso cuando no es protagonista anotador.
Y Juan Fernández, parte de esta nueva rotación larga que construye Prigioni, aportó consistencia, movilidad y buenas decisiones, consolidándose como una opción confiable.
Todo esto alimenta una idea concreta: el recambio existe, está en construcción y genera ilusión, cuando los líderes de este equipo no estén.
LA GENTE SE ILUSIONA CON ARGENTINA
El Templo del Rock acompañó con fuerza, ruido y expectativa. Se sintió clima de Selección, de reconstrucción. Después de años turbulentos, la gente volvió a creer.
Argentina termina la ventana con más que dos triunfos: lo hace con un camino de identidad clara, un núcleo estable, jóvenes que empujan y un plan que empieza a madurar. El próximo partido será el 27 de febrero de 2026, con tiempo para ajustar, estudiar rivales y profundizar la idea.
Lo importante es el camino: volver a construir una identidad y sostenerla, porque Argentina persigue un objetivo que desvela a todos —cuerpo técnico, jugadores y gente—: volver a una Copa del Mundo.
